Put on the Lord, Jesus Christ, Part 2 ( link )
John Piper
Vivimos en un tiempo en el que por un lado tenemos perdón, justificación, vida y paz que se nos ofrecen desde la venida de Jesucristo, y por otro lado seguimos viviendo entre culpabilidad, pecado, muerte, enfermedad, oscuridad y miseria. En Cristo tenemos perdón, aceptación y poder para crecer santidad y amor; mas ninguno sera perfecto en esta tierra.
En este pasaje el énfasis no es la oscuridad por la que estamos pasando, si no luz que esta por llegar.
No podemos en estos tiempos caminar dormidos, tengamos cuidado, pues cualquier cosa que no despierta mas fe en Cristo, la adormece.
Aquellos que no han puesto su confianza en Cristo y viven en un sueño profundo de entretenimiento saturado, solo les queda la expectativa de Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.”
Aquellos que han puesto su fe en Jesucristo y que por su gracia han sido salvados de la culpabilidad de sus pecados, son ahora considerados hijos de Dios. Es a estos a quienes se dirige este pasaje, son a estos hijos de luz a quienes se les dice; Despierten ustedes que viven adormecidos por las tinieblas, despierten y vistan con la armadura de luz, vivan como aquellos que saben que pronto ha de amanecer. Son hijos de Dios, vistan, vivan y peleen como tales.
Este es un llamado a comportarnos de esta manera, no para con esto hacernos hijos de Dios, mas bien es un llamado a poner en nosotros un carácter que refleja nuestra nueva identidad, siendo hijos de Dios reflejemos el carácter de Dios. “Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestios de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; (colosenses 3:12).
Vivir como hijos de luz, en medio de tinieblas, es vivir dentro de una guerra. Es ahí donde cobra sentido la frase, vistan con la armadura de luz. “Porque los que duermen, de noche duermen, y los que se emborrachan, de noche se emborrachan. Pero puesto que nosotros somos del día, seamos sobrios, habiéndonos puesto la coraza de la fe y del amor, y por yelmo la esperanza de la salvación”(1 Tes 5:7-8).
Estamos en una guerra, nuestra armadura nos protegerá contra el entretenimiento, diversión, deleites y
propósitos que nos ofrece una sociedad centrada en el hombre, que niega la existencia de Dios. En esta
guerra, las armas del enemigo atacaran nuestras emociones, nuestro razonamiento, nuestra voluntad, no
buscando asustarnos, si no hundirnos en un sueño glamuroso, de entretenimiento saturado. Sumándole a
esto nuestra facilidad con la que, proveyéndole a los deseos de la carne, se desatan en nosotros
tentaciones profundas de buscar nuestro propio placer. Logrando así, nos comportemos como aquellos
necios que dicen “no hay Dios, no existe, no quiero que exista”
Nuestras armas de luz, haciendo referencia a la cita de Tesalonicenses, nos las ponemos o usamos en el Señor, al tener fe en Cristo, amor a Cristo, esperanza en Cristo. Cultivando y buscando ahondar en ello, despertara en nosotros un mayor deseo de obedecerle, de agradarle, de deleitarnos en su presencia; creceremos en carácter, reflejándolo, honrándolo y glorificándolo, dando testimonio de su existencia y caracter. Es asi como estaremos vestidos, viviendo y peleando como aquellos que saben existe Dios y que pronto ha de amanecer y se dará a conocer a todos su gloria y majestad.
John Piper. © Desiring God. Website: desiringGod.org
1 comentario:
muy buen articulo, muy apropiado para este tiempo en el cual hay tantas distracciones que se enfocan en el hombre.
EF
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