martes, 17 de marzo de 2009

Nuestra necesidad del evangelio

El evangelio traducido como las buenas nuevas, es en si la vida de Jesucristo, y mejor aun su propósito de vivir en este mundo el cual es su muerte. En su ministerio Jesucristo nos trajo luz a nuestro pecado, enseñándonos sobre nuestra necesidad de ser rescatados de nuestra propia maldad, ser salvados de la condenación de nuestro pecado. El se ofreció como rescate por amor y obediencia al Padre, viene a este mundo a servir, dando su vida para rescate de muchos. (Mateo 20:28)
Es este hecho lo que trae perdón a nuestros pecados y una relación con Dios el padre, un arrepentimiento por nuestra maldad y una decisión a poner nuestra fe y vida en El. Lamentablemente nuestra tendencia es a familiarizarnos con este hecho y rezagarlo solo para aquellos que aun no han conocido del amor de Dios; pero tenemos una necesidad de vivir conscientes del evangelio, recordándonos constantemente cual debe ser nuestra respuesta apropiada a el.

La respuesta apropiada al evangelio podría abarcar muchisimos temas, intentaremos cubrir algunos principales que como hombres creemos necesarios recordarnos.

El primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en usar el evangelio en nuestras vidas es el hablarselo a otros. Como lo vimos anteriormente, el evangelio es para aquellos que están perdidos y necesitan ser reconcilidados con Dios; por lo tanto pensamos principalmente en aquellos que no conocen el amor de Dios y el mandato que hace Jesús a sus discípulos de hablarle a toda la gente de esto. Mas aun en esto solemos fallar, pues nos dejamos vencer por el temor a ser rechazados, juzgados o vistos como débiles y anticuados en su forma de pensar. Facilmente declaramos nuestros gustos y preferencias en otras áreas, pero titubeamos cuando tenemos la oportunidad de dar a conocer nuestra fe en un Dios todopoderoso, santo y misericordioso que en amor ofrece salvación a aquellos que se comportan como sus enemigos. Donde esta el evangelio en nuestras conversaciones? Si es nuestra mayor verdad, hablemos de el con todo denuedo, afirmando nuestra fe y el cambio que provoca en aquellos que responden a el.

Nuestra respuesta al evangelio también va ligada a nuestra santidad, esto es a nuestro rechazo a seguir pecando deliberadamente. Si antes del evangelio eramos constituidos enemigos de Dios, por nuestra indiferencia hacia su existencia, por nuestra constante forma de pensar y acciones que arremeten en ofensa contra El. Mas ahora estamos reconciliados con el, tras el perdón de nuestros pecados y al adjudicarnos la justicia de Jesucristo, arrepentidos de nuestra antigua manera de vivir buscando ahora como sus hijos agradar a Dios. Respondamos correctamente al perdón de nuestros pecados, en un deseo de no pecar mas.
Por lo tanto según Romanos 6 teniendo nueva vida con Jesucristo, habiendo muerto al pecado y siendo liberados de la esclavitud a el, andemos en novedad de vida , vivos para Dios en Cristo Jesús. Por lo tanto, no reine el pecado en nuestro cuerpo mortal, si no presentemonos a Dios como instrumentos de justicia.
Si nuestro mayor mal era nuestro pecado, ahora siendo liberados, vivamos en un deseo de agradar a Dios.

Continuaremos con este tema proximamente...